Que algo sea legalmente vinculante significa que tiene peso de
ley y obliga a las partes involucradas a cumplir con los términos y/o condiciones
establecidos. Si una declaración, contrato o acuerdo es legalmente vinculante,
las partes deben seguir lo que se ha acordado, y el incumplimiento puede llevar
a consecuencias legales, como demandas o sanciones. Es decir, es obligatorio, puede ser exigido y hecho cumplir en un tribunal.