18. Lifi

LiFi es un sistema de transmisión de datos mediante luz visible o VLC (Visible Light Communication).

La primera vez que oímos hablar de él fue en julio de 2011 cuando Harald Hass, un profesor de la Universidad de Edimburgo, acuñaba el término durante una charla TED. 

Los principios de esta tecnología se basan en alterar la frecuencia de la luz visible entre los 400 y los 800 THz. Se usan  LED que parpadean a tal velocidad que es imperceptible para el ojo humano, pero sí para un fotoreceptor que debe conectarse al dispositivo. Es el equivalente a conectar una antena WiFi a un ordenador de sobremesa, solo que en vez de interpretar la señal WiFi interpreta un led  encendido o apagado, unos y ceros.

El fotorreceptor se coloca en una zona a la que llegue la luz, interpreta dichos datos y permite la conexión. También se ha probado con rayos infrarrojos, lo que permitió conseguir una velocidad de 42,8 Gbps de descarga, y en laboratorios se han conseguido 224 Gbps. Para ponerlo en contexto, en la charla TED de Hass se hablaba de 10 Mbps.

Las ventajas del LiFi no son pocas, pero podemos resumirlas en tres: velocidad, interferencias y seguridad. Tampoco está exenta de desventajas, pero las abordaremos en el siguiente apartado. Empecemos por la velocidad.

Ya hemos visto que la velocidad que los sistemas LiFi pueden alcanzar no es baja. La primera prueba dejó ver 10 Mbps y se esperaba que la velocidad máxima a conseguir con esta tecnología fuese de 500 Mbps. A la vista está que no. Tras su salida de los laboratorios (donde se consiguió una velocidad de 224 Gbps), el LiFi consiguió una velocidad de 1 Gbps. Ahora tenemos fibras de 600 Mbps y de hasta 1 Gbps, pero por aquellos entonces hablábamos de 100 veces la velocidad media del WiFi.

 La tecnología LiFi puede usar todo el espectro de luz visible. El WiFi usa las bandas de los 2,4 GHz y de los 5 GHz, por lo que todas las conexiones se amontonan en un ancho de banda reducido (por eso puedes notar problemas de conexión al usar la banda de los 2,4 GHz en un bloque de edificios, por ejemplo).

Finalmente, la seguridad. Uno de los puntos flacos del LiFi es que la luz no traspasa las paredes, y este, a su vez, es un gran argumento. Con la tecnología WiFi, alguien con malas intenciones pueden interceptar la red y vulnerarla, pero con el LiFi el atacante tiene que tener acceso a la luz, tiene que estar iluminado por la misma luz que aquellos a los que quiera vulnerar. No parece viable.

Ver que estos equipos pueden ser ubicados en las luminarias.