4. Cookies

Las cookies nacieron hace años en el mundo de Internet.

Su existencia está asociada directamente a la red. Su nombre proviene de la definición propia de una cookie informática.

Hace referencia a una pequeña porción de información enviada por un sitio web y almacenada en el navegador del usuario, de manera que el sitio web puede consultar la actividad previa del navegador.

En realidad, son pequeños trozos que la página web instala en nuestro equipo.

Es decir, que cuando nosotros accedemos a una página web, esta envía información a Chrome, Firefox, Internet Explorer, Opera... y esta información se almacena en la memoria del mismo. La idea es que la página web pueda comprobar esa información en el futuro y utilizarla.
Las cookies son realmente útiles. Cuando iniciamos sesión en Facebook, Twitter o en cualquier otro servicio web, cerramos la página, y al cabo de un tiempo la volvemos a abrir, nos daremos cuenta de que la sesión continúa iniciada y no tenemos que volver a introducir nuestros nombres de usuarios y contraseñas.
Sin embargo, también hay muchos más.

Existen las cookies publicitarias, que almacenan información sobre los lugares que hemos visitado, y que permite que se nos ofrezca una publicidad acorde a lo que nos interesa. Como se puede observar, este tipo de cookies ya es más intrusivo que las anteriores. Mientras que las de antes buscaban principalmente el beneficio del usuario, estas ya buscan el beneficio de terceros.

La solicitud de almacenamiento de la cookie en tu computadora la hará directamente el servidor de la web a la que entras en el mismo momento en el que accedes a ella. 

Te estan solicitando la utilización de cookies porque las webs están obligadas a avisarte y a preguntarte cuáles quieres instalar


Las cookies suelen utilizarse principalmente para dos finalidades principales: recordar accesos y conocer hábitos de navegación. 


Tipos de cookies

– Cookies de sesión: se eliminan al cerrar el navegador. Solamente hacen su función mientras dure la sesión de navegación.

– Cookies persistentes: no se borran al cerrar la sesión de navegación. Parten con una duración o fecha de expiración determinadas en la que se borran o sustituyen por una nueva.

– Súper-cookies: no van asociadas a un nombre de dominio en concreto si no sólo a la extensión de domino. Es decir se asocian sólo a la extensión «.com» o «.es» y no a la página que visitemos. Son bloqueadas por los navegadores pues permitirían seguir rastros independientemente del dominio o página web que visitemos.

– Cookies zombies: son cookies que se regeneran usando Javascript o HTML5 aunque las borremos.

– Cookie Flash (objeto local compartido): del inglés local shared object (LSO). Consiste en un archivo a modo de cookie que implementan las páginas en Flash.